A veces simplemente basta un paseo en coche para que suceda. Para que dos personas coincidan
sus miradas en la parte de atrás de ese
vehículo y que se den cuenta de lo que pueden descubrir con sólo sus dos
ojos, que era él o ella el/la que sería o será algo especial e importante para cada uno. Simplemente un papel y un bolígrafo con un nombre completo escrito en
grande y enseñado por la ventana basta para descubrir que el nombre del otro era mejor de lo que pensabas.